viernes, 21 de octubre de 2011

Encuentro entre vivos y muertos

Hemos creado especialmente este tour con el fin de que te fascine y conozcas el simbolismo de la celebración del Día de Muertos.
Hoy en día, los ritos asociados a la veneración de los ancestros persisten entre algunos grupos indígenas y en cierto modo entre el resto de la población, como nuestras celebraciones del Día de Muertos que es un rito dirigido a recordar, honrar e incluso alimentar simbólicamente a quienes nos antecedieron.
Lo que nos muestran las costumbres de los Días de Muertos actuales es que el recuerdo de los ancestros no basta. El espíritu de los difuntos requiere ser alimentado con sustentos reales – ofrendas de comida y de bebida.  Estas prácticas es un reconocimiento de la posición y de la fugacidad de la vida humana. Estas prácticas del culto a los ancestros tienen hondas raíces en Mesoamérica, y se materializan en las tumbas bajo los pisos de las casa, tumbas reales dentro de pirámides, bultos sagrados que contenían huesos de los muertos “reliquias”. Representaciones iconográficas y textos jeroglíficos.
La celebración del Día de Muertos se lleva a cabo cada año a principios de noviembre,  fecha que también marca el término del ciclo de cultivo del maíz.
Las familias facilitan el regreso a la tierra de las almas de los muertos colocando pétalos de flores, velas y ofrendas a lo largo del  camino que conduce del cementerio a sus hogares. Los platillos favoritos de los difuntos se colocan en el altar y en las tumbas con flores y artesanías, como papel cortado. Este rito es considerado de gran importancia, y en la medida que se realice adecuadamente se cree que los muertos son capaces de traer prosperidad, como por ejemplo una abundante cosecha de maíz.  
Los niveles en el altar de muertos representan la cosmovisión, regularmente representando el mundo material y el inmaterial o los cuatro elementos, en cada uno de ellos se colocan diferentes objetos simbólicos para la cultura, religión o para la persona a la que se le dedica el altar.
En diferentes culturas, particularmente en la azteca, se creía que existía un proceso para nacer y otro para morir. Así, cuando el alma abandona el cuerpo físico debe pasar una serie de pruebas o dimensiones para llegar al ansiado descanso. En la cosmovisión azteca el alma de una persona debía pasar ocho niveles en el Mictlán   (inframundo de aquellos que mueren naturalmente), cada uno representaba una prueba para llegar al noveno nivel en el que se llegaba ante Mictlantecuhtli, llegando al descanso eterno. El dios azteca Xólotl era el guía de las almas en el camino.
Se coloca arriba del último piso un arco hecho de carrizo, palmilla o flores que simbolizan ser la puerta de entrada al mundo de los muertos. Además,  se le cuelgan en él algunos dulces o fruta.
Se coloca una imagen, pintura o fotografía del difunto al que se honra en la parte más alta y destacada del altar. En su forma más tradicional se incluyen diversos elementos aromáticos que simbolizan la purificación del alma, así como diversas especies de hierbas de olor.
Diversas versiones del altar incluyen la infusión de hierbas de olor como el laurel, tomillo, mejorana, romero y manzanilla, que se ponen a hervir en una olla tapada por una penca de nopal con agujeros en ella. La infusión de estas hierbas producirá un olor atractivo que guiará a las almas a la tierra.
El color amarillo y el color morado en el papel picado o las cadenas de papel representan la dualidad entre la vida y la muerte. Los aztecas utilizaban el papel en esta celebración para representar el viento debido a su maleabilidad, aunque lo que utilizaban originalmente era papel amate.
Velas, veladoras y cirios son la representación del fuego y guía para el alma, incluso la luz en su camino de vuelta al mundo de los muertos. Se colocan cuatro cirios para representar una cruz y los cuatro puntos cardinales.
Se colocan diferentes objetos que representan el agua como un vaso lleno de ésta, el cual el difunto utilizará para aliviar su sed.
Las flores fungen como ornato en todo altar y sepulcro. La flor de cempasúchil, la nube y el amaranto o moco de pavo son las especies más utilizadas para el adorno de un altar
En la representación de la tierra se debe incluir diversas semillas, frutos, especias y otras bondades de la naturaleza. Se utilizan diferentes semillas como el maíz y el cacao para formar patrones en el suelo, en la actualidad se utiliza aserrín pintado de diferentes colores.
El Pan de Muerto es un tipo de pan dulce que se coloca como ofrenda hacia los muertos. Este tiene un par de tiras sobre la corteza que representan un par de huesos. El pan de muerto desciende del pan de maíz hecho por las civilizaciones del México antiguo.
Las calaveras son golosinas que representan alusiones a la muerte. Son coloridas calaveras de azúcar, barro, chocolate o yeso con adornos y patrones en ellas, gustan por su rico sabor y olor. También son una burla hacia la muerte y se les escribe en la frente el nombre del comprador o de una persona viva. El posible origen de las calaveritas puede relacionarse con el tzompantli, una hilera de cráneos de guerreros sacrificados colocados en un palo.
En todo el altar se colocan simbolismos referentes a la cruz, la cual es elemento agregado por los evangelizadores españoles con el fin de incorporar el catolicismo entre los naturales y en tradición tan arraigada como era la veneración de los muertos. Una cruz se coloca en la parte superior del altar a un lado de la imagen del difunto. Se coloca una cruz pequeña de sal en el altar que sirve como medio de purificación de los espíritus, y una cruz de ceniza que le ayudará al espíritu a salir del purgatorio.
También se puede colocar una imagen o escultura del santo de devoción de la persona a la que se dedica el altar. También se coloca una imagen o cromo de las benditas ánimas del purgatorio, para facilitar la salida del difunto, si se encontrara en el purgatorio, debido a no poder alcanzar la gloria (entrada el cielo), según la teología católica quienes han muerto habiendo cometido pecados veniales sin confesar, pero sin haber cometido pecado mortal, deberá expiar sus culpas en el purgatorio.
Se puede colocar un rosario de cuentas en los niveles del altar. En el último nivel, en el caso de ser de siete niveles, se coloca un rosario hecho de limas y tejocotes.
El festejo comienza cuando una persona de la casa enciende las velas del altar susurrando los nombres de los difuntos, se reza pidiendo el favor de Dios para que lleguen con bien, los familiares se sientan a la mesa y comparten la comida preparada para el festín, escuchando música del agrado, se habla sobre las novedades de la familia, se recuerdan anécdotas del difunto y se pide por la intercesión del difunto a Dios.
El festejo es un reencuentro, aunque breve, feliz, con la promesa de alcanzarlos en el más allá, llegado el momento.
Al termino se apagan las veladoras y se despide a los espíritus, deseándoles buen viaje de regreso al más allá y pidiéndoles que retornen el próximo año.
Nuestro tour es muy flexible e incluye visita al Pateón San Fernando, que la riqueza de este cementerio está constituida por las tumbas de personajes ilustres, los altares tradicionales en exhibición en museos y plazas, al mercado para ver y probar las calaveras de azúcar y chocolate, otros dulces y alimentos sin dejar de conocer los objetos para la decoracjón de un altar. Anímate y pide informes al 5658-6419

domingo, 15 de noviembre de 2009

Tour por el tradicional Coyoacán

Por ser oriunda de Coyoacán, los invito a recorrer conmigo el encantador Coyoacán, al sur de la ciudad de México; que siempre se ha distinguido por ser un lugar bello e histórico, de tradiciones y de atmósfera campirana. Conoceremos las plazuelas legendarias, el atrio de San Juan Bautista, los callejones misteriosos, y los rincones históricos donde oirán interesantes leyendas y anécdotas de sus residentes. Nos remontaremos a más de cuatro siglos desde que el conquistador convirtiera la tierra de coyotes en el resort de la colonia. Reserva aquí este recorrido

Toda esta zona de Coyoacán estaba colmada de vegetación, abundante agua y piedras volcánicas que brindaban un paisaje maravilloso a los tepanecas por allá del 850. Posteriormente, los mexicas acabaron para siempre con el el poder tepaneca, pasando a ser Coyoacán tributario del imperio Azteca. Después de la caída de Tenochtitlan, Hernán Cortés se instala en Coyoacan, donde funda la capital de la Nueva España en 1521 para residir en ella con sus huestes y el Ayuntamiento establecido en esos años. Para finales del siglo XIX y principios del XX, Coyoacán continuaba siendo una población rural, ubicada a poco más de 10 kilómetros de “México” y era una de las 13 municipalidades que conformaban el Distrito Federal. Su transformación urbana fue muy lenta ya que apenas en octubre de 1890 Porfirio Díaz colocaría la primera piedra de lo que sería hoy una gran colonia moderna: Del Carmen en honor a su esposa Carmen Romero Rubio de Díaz.

Iniciamos nuestro recorrido en el puente de Panzacola donde está la capillita de San Antonio Panzacola, recorreremos la hermosa calle de Francisco Sosa que anteriormente se conocía como calle Real de Santa Catarina, veremos las casonas de personajes como la de Salvador Novo, la de Pedro de Alvarado y otros más; así como uno de los callejones más bellos de Coyoacán, el de “Montecristo”, que se localiza en el barrio de Santa Catarina. Este callejón tenía por nombre “Callejón de San Marcos”, allá por los primeros años del siglo veinte. Al caminar por las calles y callejones del antiguo Barrio de Santa Catarina, visitaremos su templo de finales del siglo XVI, aunque con el paso del tiempo ha sido remodelado para adecuarlo a las nuevas necesidades de los residentes. No solo tendremos la oportunidad para gozar de su espacio sagrado y de su paz, sino también para percatarnos de escondidos detalles que nos permite asomarnos a su arquitectura y ornamentación original. Las capillas abiertas de Coyoacán fueron acondicionadas al culto, “cerrándolas” y permitiendo que los fieles entraran en ellas, para ello se les agregaron tres arcos frontales que sirvieron como entrada y se les construyeron torres-campanario.

Entraremos a la Casa de La Cultura Jesús Reyes Heroles para admirar sus hermosos jardines y su arquitectura. Andaremos por callejón del Aguacate y continuaremos por la calle de Francisco Sosa hasta llegar al Jardín del Centenario, el cual desde 1921 lleva el nombre de Parque del Centenario, para conmemorar los cien años de La consumación de La Independencia. Este jardín formaba parte del gran atrio de la iglesia de San Juan Bautista que con el tiempo se fue deteriorando y que terminó por estorbarle al entonces presidente Victoriano Huerta, ya que su automóvil chocó con la barda, derribando una parte; tal molestia lo condujo a ordenar que la demolieran totalmente quedando solo los arcos reales o arqueada atrial, los cuales lucen un hermoso estilo plateresco al que una de las puertas laterales que aún se puede admirar a un costado de la iglesia. El templo parroquial de San Juan Bautista fungió como cabecera de pueblos y barrios, además de constituir un efectivo espacio para la evangelización de los indios. Este templo-cabecera, que antiguamente contó con una planta basilical de tres naves, fue originalmente fundación franciscana y después fue administrado por la orden dominica. No nada más fue una de las primeras fundaciones, la tercera, sino también uno de los más grandes en las dimensiones de su templo, claustro, portal de peregrinos y atrio. El enorme atrio de San Juan Bautista estuvo delimitado desde un principio por un extenso muro atrial que lo cerraba por tres costados, norte, poniente y sur, ya que el oriente lo ocupaban la fachada de la iglesia y el prolongado portal de peregrinos. En cada uno de los tres lados el se encontraba cortado por una doble arcada de magnífica factura con los escudos dominicos.

En el centro del Jardín Hidalgo veremos el Kiosco metálico que se instaló como ornamenta y que fue donado por el Presidente Porfirio Díaz en 1900. Así mismo, veremos la estatua del “Padre de la Patria” elaborada en bronce y la casa de Cortés la cual por un tiempo fue ocupado por los soldados de Hernán Cortés. Cuando Cortés resuelve quedarse, contaba con el apoyo del cacique Ixtolinque dueño de grandes solares, dos de ellos ocupados hasta hoy por la parroquia de San Juan Bautista, el convento y el atrio; el otro por el ayuntamiento y la plaza; es hasta 1755 cuando deciden llevar a cabo la construcción del edificio de gobierno del ayuntamiento. Años después de algunos brotes de libertad en 1810, la gente siguió reuniéndose con algún pretexto en ese lugar, convirtiéndose finalmente en Plaza Pública. En 1900 Coyoacán permutó el nombre de Plaza Pública por el de Plaza Hidalgo.

De aquí, continuamos por la calle de Higuera en dirección hacia la Plaza de La Conchita y finalizar nuestro paseo con la sensación de entrar en una máquina del tiempo donde veremos la legendaria Casa Colorada donde vivió la Malinche y la capilla de La Conchita del siglo XVI y su obvio retablo barroco dieciochesco que es un ejemplar sobresaliente. No es fácil encontrar abierta la iglesia por lo que considero que el martes 8 de diciembre es una fecha propicia para hacer este recorrido, ya que es el día que se celebra a las Conchitas, por lo que ampliamente recomiendo debido a que iluminan la plaza, abren la iglesia y se festeja muy bonito con música, bailes, danzas, antojitos, procesiones y juegos pirotécnicos en un ambiente pueblerino y con poca gente.

Estoy segura que disfrutarán mucho de este paseo y del que se llevarán una experiencia memorable. Reserva aqui

domingo, 18 de octubre de 2009

Tour La Calavera: Pateón San Fernando y Ofrendas de Día de Muertos

Nuestra visita al Pateón San Fernando y recorrido por algunos altares-ofrenda, es un paseo fascinante de 90 minutos, a través de nuestras raíces culturales y arte popular. Acercarnos a lo que realmente representa esta tradicional celebración de Día de Muertos, entender esta mezcla de devoción cristiana con las costumbres y creencias prehispánicas, el por qué de los altares decorados con ramos y coronas de flores, flores y hojas regadas en el piso, guirnaldas de papel de china, calaveras en papel picado, calaveras de azúcar y chocolate decoradas, muñecos en forma de esqueletos, platones cargados de comida y frutas, y la iluminacion con velas, es profundamente interesante.

El Panteón de San Fernando, que a diferencia de otros panteones de la capital, no cuenta con imágenes alusivas a la religión católica. No hay cruces ni ángeles dolientes, ni vírgenes lamentándose, ni rostros de Cristo ensangrentado. Aquí, no sólo veremos ofrendas, sino también conoceremos un trozo de la historia de México y de los gustos de la crema y nata de la aristocracia mexicana del siglo XIX. La riqueza de este cementerio, que originalmente se fundó para enterrar a los frailes del Convento de San Fernando, está constituida por las tumbas de personajes ilustres, como Benito Juárez, el periodista y diputado constituyente Francisco Zarco y el autor del texto del Himno Nacional, Francisco González Bocanegra entre otros.


lunes, 31 de agosto de 2009

Disfruta nuestro recorrido por el luminoso zócalo en este mes de la patria!

No te pierdas la extraordinaria decoración de luces en el zócalo por lo que te recomendamos tomar nuestro recorrido por el Centro Histórico en el que disfrutarás de la iluminación de monumentos y en el cual haremos especial enfásis sobre la historia del Movimiento de Independencia. De tal manera que percibas al máximo la esencia del la ceremonia del Grito de Independencia, que como se conoce popularmente se realiza a las 11 de la noche del 15 de septiembre donde el presidente sale al balcón de Palacio Nacional a presidir la ceremonia y en la que se repite la proclama de Miguel Hidalgo haciendo sonar la campana original del pueblo de Dolores. Te garantizamos un gran recorrido en el que te sentirás con ganas de integrarte a alguna de las actividades conmemorativas. Reserva hoy aquí.

sábado, 1 de agosto de 2009

Anímate a conocer conventos femeninos en el Centro Histórico

Una opción para conocer más del Centro Histórico es tomar el siguiente recorrido a pie que hemos preparado, en el cual podrás tener una mayor apreciación sobre el arte y vida conventual de estos recintos. Consiste en visitar el Templo y Ex-convento de Santa Teresa la Antigua, la Iglesia y Ex-convento de Santa Inés, el Ex-convento de Jesús María, el Convento de Santa Teresa la Nueva, la Plaza e Iglesia de Loreto, el Ex-convento de la Encarnación y por último el Templo y Ex-convento de la Enseñanza con una duración de 3 horas por la mañana o por la tarde. Reservaciones e informes

Galería de fotos del recorrido