domingo, 15 de noviembre de 2009

Tour por el tradicional Coyoacán

Por ser oriunda de Coyoacán, los invito a recorrer conmigo el encantador Coyoacán, al sur de la ciudad de México; que siempre se ha distinguido por ser un lugar bello e histórico, de tradiciones y de atmósfera campirana. Conoceremos las plazuelas legendarias, el atrio de San Juan Bautista, los callejones misteriosos, y los rincones históricos donde oirán interesantes leyendas y anécdotas de sus residentes. Nos remontaremos a más de cuatro siglos desde que el conquistador convirtiera la tierra de coyotes en el resort de la colonia. Reserva aquí este recorrido

Toda esta zona de Coyoacán estaba colmada de vegetación, abundante agua y piedras volcánicas que brindaban un paisaje maravilloso a los tepanecas por allá del 850. Posteriormente, los mexicas acabaron para siempre con el el poder tepaneca, pasando a ser Coyoacán tributario del imperio Azteca. Después de la caída de Tenochtitlan, Hernán Cortés se instala en Coyoacan, donde funda la capital de la Nueva España en 1521 para residir en ella con sus huestes y el Ayuntamiento establecido en esos años. Para finales del siglo XIX y principios del XX, Coyoacán continuaba siendo una población rural, ubicada a poco más de 10 kilómetros de “México” y era una de las 13 municipalidades que conformaban el Distrito Federal. Su transformación urbana fue muy lenta ya que apenas en octubre de 1890 Porfirio Díaz colocaría la primera piedra de lo que sería hoy una gran colonia moderna: Del Carmen en honor a su esposa Carmen Romero Rubio de Díaz.

Iniciamos nuestro recorrido en el puente de Panzacola donde está la capillita de San Antonio Panzacola, recorreremos la hermosa calle de Francisco Sosa que anteriormente se conocía como calle Real de Santa Catarina, veremos las casonas de personajes como la de Salvador Novo, la de Pedro de Alvarado y otros más; así como uno de los callejones más bellos de Coyoacán, el de “Montecristo”, que se localiza en el barrio de Santa Catarina. Este callejón tenía por nombre “Callejón de San Marcos”, allá por los primeros años del siglo veinte. Al caminar por las calles y callejones del antiguo Barrio de Santa Catarina, visitaremos su templo de finales del siglo XVI, aunque con el paso del tiempo ha sido remodelado para adecuarlo a las nuevas necesidades de los residentes. No solo tendremos la oportunidad para gozar de su espacio sagrado y de su paz, sino también para percatarnos de escondidos detalles que nos permite asomarnos a su arquitectura y ornamentación original. Las capillas abiertas de Coyoacán fueron acondicionadas al culto, “cerrándolas” y permitiendo que los fieles entraran en ellas, para ello se les agregaron tres arcos frontales que sirvieron como entrada y se les construyeron torres-campanario.

Entraremos a la Casa de La Cultura Jesús Reyes Heroles para admirar sus hermosos jardines y su arquitectura. Andaremos por callejón del Aguacate y continuaremos por la calle de Francisco Sosa hasta llegar al Jardín del Centenario, el cual desde 1921 lleva el nombre de Parque del Centenario, para conmemorar los cien años de La consumación de La Independencia. Este jardín formaba parte del gran atrio de la iglesia de San Juan Bautista que con el tiempo se fue deteriorando y que terminó por estorbarle al entonces presidente Victoriano Huerta, ya que su automóvil chocó con la barda, derribando una parte; tal molestia lo condujo a ordenar que la demolieran totalmente quedando solo los arcos reales o arqueada atrial, los cuales lucen un hermoso estilo plateresco al que una de las puertas laterales que aún se puede admirar a un costado de la iglesia. El templo parroquial de San Juan Bautista fungió como cabecera de pueblos y barrios, además de constituir un efectivo espacio para la evangelización de los indios. Este templo-cabecera, que antiguamente contó con una planta basilical de tres naves, fue originalmente fundación franciscana y después fue administrado por la orden dominica. No nada más fue una de las primeras fundaciones, la tercera, sino también uno de los más grandes en las dimensiones de su templo, claustro, portal de peregrinos y atrio. El enorme atrio de San Juan Bautista estuvo delimitado desde un principio por un extenso muro atrial que lo cerraba por tres costados, norte, poniente y sur, ya que el oriente lo ocupaban la fachada de la iglesia y el prolongado portal de peregrinos. En cada uno de los tres lados el se encontraba cortado por una doble arcada de magnífica factura con los escudos dominicos.

En el centro del Jardín Hidalgo veremos el Kiosco metálico que se instaló como ornamenta y que fue donado por el Presidente Porfirio Díaz en 1900. Así mismo, veremos la estatua del “Padre de la Patria” elaborada en bronce y la casa de Cortés la cual por un tiempo fue ocupado por los soldados de Hernán Cortés. Cuando Cortés resuelve quedarse, contaba con el apoyo del cacique Ixtolinque dueño de grandes solares, dos de ellos ocupados hasta hoy por la parroquia de San Juan Bautista, el convento y el atrio; el otro por el ayuntamiento y la plaza; es hasta 1755 cuando deciden llevar a cabo la construcción del edificio de gobierno del ayuntamiento. Años después de algunos brotes de libertad en 1810, la gente siguió reuniéndose con algún pretexto en ese lugar, convirtiéndose finalmente en Plaza Pública. En 1900 Coyoacán permutó el nombre de Plaza Pública por el de Plaza Hidalgo.

De aquí, continuamos por la calle de Higuera en dirección hacia la Plaza de La Conchita y finalizar nuestro paseo con la sensación de entrar en una máquina del tiempo donde veremos la legendaria Casa Colorada donde vivió la Malinche y la capilla de La Conchita del siglo XVI y su obvio retablo barroco dieciochesco que es un ejemplar sobresaliente. No es fácil encontrar abierta la iglesia por lo que considero que el martes 8 de diciembre es una fecha propicia para hacer este recorrido, ya que es el día que se celebra a las Conchitas, por lo que ampliamente recomiendo debido a que iluminan la plaza, abren la iglesia y se festeja muy bonito con música, bailes, danzas, antojitos, procesiones y juegos pirotécnicos en un ambiente pueblerino y con poca gente.

Estoy segura que disfrutarán mucho de este paseo y del que se llevarán una experiencia memorable. Reserva aqui